APROXIMACIÓN HISTÓRICA

INTRODUCCIÓN

«La exaltación del presente, el culto histérico a la actualidad característico de los medios de masas relega al olvido las ineludibles conexiones de los fenómenos presentes con la historia contemporánea de aquí y de allá. Durante la guerra, páginas, pantallas y diales reflejaron una saturación de planes, mapas, animaciones infográficas y otras herramientas al servicio de la descripción del teatro de operaciones (sic), pero no hubo medio ni periodista —con honrosas excepciones marginales, garantía del pluralismo informativo— que estimara considerar necesario explicar las causas y el contexto histórico del conflicto». L. A. Chillón Asensio y J. L. Gómez Mompart. Las mentiras de una guerra. Desinformación y censura en el conflicto del Golfo. Barcelona, 1991.

MESOPOTAMIA, CUNA DE CIVILIZACIONES. INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA ANTIGUA

Cuando hablamos de la República de Irak estemos haciendo referencia a un concepto relativamente nuevo. Este territorio, situado en las riberas de los ríos Tigris y Éufrates (equivalente a la antigua Mesopotamia. Universidad de Zaragoza) tiene una larga historia política y ha estado poblada por diferentes pueblos (ver Cronología. Universidad de Zaragoza). No es por casualidad que recibe el nombre de "cuna de civilizaciones". El pueblo más antiguo conocido que vivió en este territorio fueron los sumerios (Washington State University), entre el 2900 y el 1800 años aC. Los sumerios fueron el primero de los cuatro pueblos de la tierra que inventaron de forma independiente la escritura. Produjeron leyes (Código sumerio), literatura, poesía, un sistema matemático basado en el número 60, y documentaron la situación de las estrellas y las constelaciones, así como los movimientos del sol, la luna y los planetas. Hacia el 1800 aC el control de este territorio pasó a manos de los babilonios y de los asirios (las dos grandes civilizaciones mesopotámicas). Fruto del primer período babilonio (Babilonia Antigua 1800-1530 A.C., Washington State University), bajo el reinado del rey Hamurabi apareció el Código Hamurabi, considerado el texto legal comprensible más antiguo que se conoce. Este Código introdujo conceptos que fueron adoptados después por otras civilizaciones. Conceptos como la protección legal de las clases más bajas, la autoridad del Estado para hacer cumplir la ley o la necesidad de garantizar la justicia social. Actualmente hay una copia de este Código, encontrado en Irak por arqueólogos franceses en el año 1901, en el Museo del Louvre de París.

Durante el reinado de Hamurabi, babilonios y asirios vivieron en relativa armonía, a pesar de que los asirios siempre tuvieron la voluntad de crear un imperio propio. No fue hasta la muerte del rey que empezaron a cambiar las cosas. Después de un periodo conflictivo los asirios pasaron a gobernar el territorio desde la ciudad de Nineveh (actual Mosúl). Los asirios (1170-612 A.C., Washington State University) dividieron el círculo en 360 grados y inventaron la longitud y la latitud para la navegación geográfica. También desarrollaron mucho la ciencia médica y su influencia llegó hasta los griegos. Después del periodo asirio, hacia el año 612 A.C., un nuevo rey babilonio rehizo la ciudad de Babilonia (al suroeste de le actual Bagdad). La dinastía que reinó fue la conocida como el "Imperio neobabilonio" (612-539 aC, Washington State University) fue la de los reyes Napopolasar y su hijo Nabucodonosor II (MAPA, Universidad de Zaragoza). Fruto de este período la ciudad de Babilonia llegó a ser una de las ciudades más majestuosas de la época, en la que se construyeron los famosos "Jardines Colgantes" (considerados una de las siete maravillas del mundo antiguo y se cree que situados a unos 50 km al sur de la ciudad de Bagdad).

Diversos invasores conquistaron el territorio después de la muerte de Nabucodonosor, hasta que en el siglo II A.C. pasó a formar parte del Imperio persa. La presencia persa en el actual Irak durará hasta la conquista árabe en el siglo VII dC. La presencia de los árabes comportó la introducción del islam en el territorio. En el tiempo de la conquista árabe muchas de las tribus de Irak eran cristianas. Muchas de estas poblaciones decidieron pagar la jizya, una especie de impuesto que pagaban aquellos no musulmanes que quisieran vivir en un territorio dominado por el islam. La presencia árabe en Irak empieza en el año 637 dC, pero se conforma de forma definitiva en el año 749 dC, cuando Bagdad se convirtió en la capital del califato islámico. En el año 1534 el territorio fue conquistado por el Imperio otomano, dominación que durará hasta principios del s. XX. Para tener una descripción más detallada de este largo periodo consultar "la historia de Iraq" (Saleh Iraq Home Page).

HISTORIA MODERNA D IRAK. EL IMPERIO OTOMANO, LA 1ª GUERRA MUNDIAL Y EL MANDATO BRITÁNICO

La historia moderna de Irak se inicia más o menos en la última fase de la dominación del Imperio otomano, durante el s. XIX. El precedente más cercano del Irak moderno es quizá la región dominada por los mamelucos georgianos (1749-1831), dentro del Imperio otomano (Nazih N. Ayubi. Política y sociedad en Oriente Próximo. La hipertrofia del estado árabe). Al final del s. XIX, Gran Bretaña y Alemania eran rivales en el desarrollo comercial de Mesopotamia. Los británicos estaban interesados en Irak porque era una ruta terrestre directa a la India. Los alemanes, por su lado, estaban interesados en la construcción de un ferrocarril desde Berlín hasta Bagdad y, de hecho, a pesar de la oposición británica, obtuvieron la concesión. Por su parte, los británicos se dedicaron a establecer acuerdos de protección con los jefes árabes locales, lo que en 1901 les permitió obtener la concesión para explotar los campos de petróleo de Irán. En 1909, se funda la Anglo-Persian Oil Company, que más tarde pasaría a llamarse Anglo-Iranian Oil Company).

Durante la 1ª Guerra Mundial, el Imperio otomano se alineó con sus aliados alemanes. En 1917, los británicos invadieron Mesopotamia y ocuparon Bagdad. Después de la guerra, el país pasó a estar bajo mandato británico (1920). El interés de los británicos por esta zona era doble, por un lado, la explotación del petróleo y, por otro, la construcción de una línea de ferrocarril desde Europa, pasando por Turquía, al Golfo Pérsico. Esta línea permitiría el comercio directo con la India sin tener que rodear toda África. En 1921 los británicos impusieron una monarquía hachemita, y definieron las fronteras territoriales de Irak con correspondencia con las fronteras naturales y teniendo en cuenta algunas tribus y asentamientos. También dirigieron la redacción de la Constitución y la elección de la estructura del parlamento. Irak adquirió la forma de un reino, y como rey los británicos impusieron la figura del emir Faisal Ibn Hussain (Faisal I) expulsado de Siria por los franceses y que era tío del actual rey Abdallah de Jordania (ambos miembros de la familia hachemita). Gran Bretaña aspiraba a crear un país oficialmente autónomo, pero políticamente afiliado a sus intereses. Éste extremo quedó plasmado en el tratado que firmaron los dos países en 1922. La formación del Estado (instituciones) se produjo de forma bastante rápida a causa de dos factores. Por un lado, la existencia de una elite suní (administrativa y militar), mayoritariamente urbana, que se incorporó rápidamente a las nuevas instituciones. Y, por otro, por el refuerzo de la capacidad productiva de petróleo, facilitada por las innovaciones técnicas y organizativas de los británicos. En 1929, se crea la Irak Petroleom Company (IPC), que según el acuerdo angloiraquí de 1930 (que ponía fin al mandato británico) obtenía la autorización para la explotación de la mayoría del subsuelo del país (en 1938 esta autorización se extendió a todo el subsuelo). A pesar de los acuerdos y las innovaciones, no fue fácil para los gobernantes iraquíes dar cohesión y sentimiento nacional a un país diverso en paisajes (alpino y mediterráneo al este, desértico al oeste y la gran llanura fértil encajonada entre los ríos Tigris y Éufrates en el centro), grupos humanos (20 % de kurdos no árabes, asirios) y creencias religiosas (la mayoría de la población musulmana era chiíta, los sunís eran una minoría), y sometidos, desde muy pronto, a las presiones y a la injerencia extranjera, codiciosa de sus inmensas reservas petrolíferas (Antoni Segura i Mas, El Món àrab actual). Durante toda esta época, los gobernantes iraquíes (la monarquía hachemí) mantuvieron un precario equilibrio entre sus aliados británicos y las cada vez más numerosas fuerzas anticoloniales. Entre 1920 y 1930, diversas regiones pidieron la secesión, y diversas tribus se rebelaron contra las transformaciones en las formas de producción. En 1930, Nouri As-Said (antiguo compañero de Lawrence d’Aràbia), fue nombrado primer ministro de Irak, gracias al apoyo británico.

DE LA INDEPENDENCIA A LA REPÚBLICA (1932-1958)

En 1932 finalizó el mandato británico y Irak accedió a la independencia de la mano de Londres. Ello provocó que, a pesar de la independencia, los británicos mantuvieran un fuerte tutela sobre el país: bases militares, libertad de tránsito para sus tropas y capacidad para influir en las decisiones de una monarquía que ellos mismos habían instaurado unos años antes (1921). Un hecho que muestra de forma clara la tutela británica, después de la independencia, es que Nouri As-Said (un firme representante de los intereses británicos) continuó siendo el primer ministro hasta la revolución del 1958.

Entre 1932 y 1958 se sucedieron diversas insurrecciones, golpes de estado y rebeliones de minorías (los kurdos, en agitación permanente, los asirios, los chiítas), todas ellas sofocadas por el ejército, que cada vez tendrá mayor protagonismo. A pesar de la represión, el gobierno no pudo evitar el crecimiento del descontento popular, que cada vez iba a más de la mano de las organizaciones nacionalistas y de izquierdas (baasistas, comunistas, nasseristas). Durante estos años una serie de acontecimientos hicieron crecer entre la población un sentimiento de oposición a la continuidad de la monarquía y a la alianza con occidente. El primero de estos acontecimientos fue la renovación del acuerdo de los británicos con la Irak Petroleom Company (IPC) en 1952. Un año después, en 1953, el rey Faisal II, después de cumplir los dieciocho años, decide continuar con la opción de occidente (especialmente de los EUA), y en 1954, Nouri As-Said, prohibe todos los partidos políticos. Finalmente, la entrada de Irak en el Pacto de Bagdad (1955) acabó de encender el país.

Pacto de Bagdad
El Pacto de Bagdad fue firmado en febrero de 1955 con el patrocinio de los EUA, establecía una alianza militar entre Irak y Turquía a la que, más tarde, se unirían la Gran Bretaña, Pakistán e Irán. De esta manera, la región de Oriente Medio entraba de lleno en la guerra fría: por un lado, Turquía, Irán e Iraq, y, por otro, sobretodo desde la constitución de la RAU (República Árabe Unida) en 1958, Egipto y Siria.

El golpe de estado del 14 de julio de 1958
El 14 de julio de 1958, un golpe de estado llevado a cabo por oficiales nacionalistas y de izquierdas, que contaban con un amplio apoyo popular (Antoni Segura i Mas, El Món àrab actual), puso fin a la monarquía e instauró la república, ejecutando al rey Faisal II, al príncipe y Nouri As-Said. El golpe de estado estuvo liderado por dos bloques, uno nacionalista y otro de izquierdas. El bloque nacionalista estaba conformado por el Baas y por el apoyo de los musulmanes sunís. El bloque de izquierdas estaba impulsado por los comunistas (con apoyo de los chiítas) y por importantes minorías nacionales como los kurdos.

DEL GOLPE DE ESTADO REPUBLICANO A LA REVOLUCIÓN (1958-1968)

El hombre fuerte de la nueva etapa fue el general Kassem. Kassem concentró en su persona los cargos clave del poder y pasó a dirigir el país como primer ministro, ministro de Defensa y jefe de las fuerzas armadas. Al mismo tiempo, los militares pasaron a controlar el gobierno (diez de los catorce miembros del gobierno eran militares). En esta nueva etapa la nueva cúpula militar del país se vio obligada a mantener un difícil equilibrio entre los dos bloques impulsores del golpe. La nueva constitución provisional fue un claro ejemplo de esta circunstancia. Por un lado, reconocía a Irak como una nación en la que se reconocía la asociación entre árabes y kurdos en igualdad de condiciones (en atención al bloque de izquierdas); y, por otro, proclamaba su adscripción a la nación árabe (en atención a las tendencias baasistas). Se liberaron los presos políticos y se autorizó («toleró») la actuación de los partidos políticos.

En esta misma linea, el General Kassem favoreció la consolidación del "Frente Nacional Unificado", que agrupaba comunistas, chiítas y kurdos. El Frente se convirtió en el principal adversario de las posiciones baasistes, representadas en el poder en la figura de Abdel-Salem Aref, viceprimer ministro, ministro del interior y segundo general en jefe de las fuerzas armadas. Esta situación provocó un fuerte aumento de la tensión entre las dos tendencias y un progresivo desplazamiento del poder de los baasistas. Volvieron los intentos de golpe de estado y las rebeliones (Mosúl y Kirkuk). A finales de 1958, el coronel Aref había perdido todo sus cargos políticos y estaba encarcelado y condenado a muerte. En enero de 1960 se aprobó una ley que instauraba el pluripartidismo, pero con tantas restricciones que prácticamente dejaba fuera de la actividad pública al Baas y a grupos nacionalistas y religiosos como Istigal y los Hermanos Musulmanes. Todo ello llevó a que poco a poco el régimen se convirtiera en una dictadura personal, que incluso los comunistas acabaron abandonando.

A partir de esos momentos, el régimen del General Kassem empezó un proceso de aislamiento. La reivindicación de Kuwait, cuando éste accedió a la independencia (1961), que según Kassem formaba parte de la antigua provincia otomana de Bássora, las difíciles relaciones que el régimen mantenía con la URSS y, sobre todo, la gran revuelta kurda que empezó en 1961 acabó por profundizar este aislamiento. Parecía que a esas alturas el régimen del General Kassem tenía los días contados. Finalmente, en febrero de 1963 triunfó un nuevo golpe de estado de orientación baasista. El coronel Abdel-Salem Aref fue nombrado presidente provisional de la República, y Kassem juzgado y ejecutado. A partir de este momento los hermanos Aref (cuando Abdel Salem murió en un accidente de avión, en abril de 1966, fue substituido por su hermano Abdel-Rahman) inaugurarán un corto mandato que durará hasta el golpe de estado de julio de 1968 (llamado "la Revoluciónde 1968" por las actuales autoridades iraquíes).

El mandato de los hermanos Aref se caracterizó por una profundización del enfrentamiento entre los partidarios de revitalizar la RAU, es decir, la unión con Egipto (nasseristas o unionistas), y los baasistas, que propugnaban la unión con Siria. Este enfrentamiento se decantó finalmente hacia los unionistas. Los baasistas fueron apartados poco a poco del poder, e incluso llegaron a ser expulsados del país, la cual cosa provocó un grave enfrentamiento entre Bagdad y Damasco. Fruto del acercamiento del poder a posiciones nasseristas, los hermanos Aref impulsaron la nacionalización de la banca y de las industrias, y fusionaron todas las organizaciones políticas en un sólo partido, la Unión Socialista Árabe. Así, Irak inició un proceso de acercamiento a Egipto, pero nunca renunció a su independencia. Esto no va gustó a los unionistas que consideraban este acercamiento insuficiente. El descontento de los unionistas los enfrentó con Abdel-Salem Aref, que después de un intento de complot contra él en 1965, persiguió y arrestó a los principales líderes unionistas. Eliminados los baasistas y los unionistas, el régimen derivó, una vez más, en una dictadura personalista. Al mismo tiempo, apareció una nueva revuelta kurda en el norte, lo que provocó aún más inestabilidad a un régimen que no tardaría demasiado en ser derrocado per un nuevo golpe de estado.

LA DICOTOMÍA SUNÍS-CHIÍTAS EN IRAK

La dicotomía entre sunís y chiítas era, en un principio, básicamente geográfica (sunís en el centro y norte, y chiítas e el sur), aunque también es cierto que eran los sunís los que tradicionalmente habían ocupado los cargos civiles y militares. Es durante el periodo de entreguerras cuando esta dicotomía empezó a afectar a las divisiones de clase. Los terratenientes más influyentes de la provincia de Bássora eran sunís, mientras que los chiítas eran los que cultivaban sus tierras. Los sunís contaban con una numerosa representación entre los terratenientes de toda el resto de áreas del sur, exceptuando las ciudades sagradas chiítas de Najaf y Karbala. También en Bagdad, donde numéricamente estaban igualados, las familias dominantes eran sunís.

En lo referente al ejército iraquí, en 1930 los oficiales eran sunís, pero la tropa era mayoritariamente chiíta. Tradicionalmente, el sur chiíta había estado vinculado culturalmente y económicamente a Irán, mientras que el norte suní lo había estado a Turquía y Siria. La tradicional supremacía de los sunís sobre los chiítas continuó en el Irak independiente, tanto monárquico como republicano. La falta de derechos políticos hizo que los chiítas se identificaran normalmente con la oposición, mientras que los sunís en el poder lo hicieron con el nacionalismo árabe. Es por ello que los chiítas adoptaron ideologías políticas más modernas y simpatizaron con la izquierda, particularmente con el partido Comunista.

A pesar de estas constataciones, tanto los chiítas como los sunís nunca han constituido bloques homogéneos. En algunos momentos, el movimiento baasista y el nasserista atrajeron a sus filas a muchos chiítas, de la misma forma que muchos árabes sunís ocuparon cargos dirigentes del partido Comunista.

Uno de los acontecimientos que más adelante comportaron una mayor politización de los chiítas fue la revolución iraní. Los chiítas iraquíes nunca han optado por una solución únicamente chiíta, de hecho los partidos políticos exclusivamente chiítas siempre han sido débiles (el partido Nahda a lo largo de los años 20, y el partido Daawa en la década de los 80).

Aunque la prueba de fuego para estas dos comunidades llegaría más tarde con la guerra Irán-Irak (1980-1988). Cuando un ejército iraquí, compuesto mayoritariamente por soldados chiítas, se enfrentó a un país gobernado por dirigentes de la misma tendencia. A pesar del temor a una división interna parece que el sentimiento de unidad iraquí superó la prueba. La inestabilidad volvió precisamente en la década de los 90, y como consecuencia de la crisis del Golfo (primera parte) de 1990-1991. La destrucción de la infraestructura y la imposición del embargo y las zonas de seguridad (exclusión aérea), pudo volver a reactivar un sentimiento de etnicidad y la división sunís-chiitas del país (Nazih N. Ayubi. Política y sociedad en Oriente Próximo. La hipertrofia del estado árabe). Algunos de los hechos ocurridos a finales de los 90 y principios de la primera década de los 2000 (incluido los atentados del 11 de septiembre y sus posibles consecuencias) podrían dejar entrever esta posibilidad. Los intereses norteamericanos y británicos podrían explotar esa dicotomía en la desestabilización del actual régimen iraquí.

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