El secuestro de un niño para hacer un soldado



 

"La mujer corría hacia mí gritando y agitando los brazos mientras las lágrimas le corrían por la cara. Era una mañana helada de noviembre, y yo estaba en un campo de refugiados en Turanj, una pequeña ciudad bombardeada de la frontera entre Bosnia y Croacia. Pasado un momento, la mujer hizo un grito que parecía una clase de maldición y de pronto cayó como si estuviera muerta.

Yo no podía entender qué había hecho para inspirarle aquella reacción. Un soldado polaco de la ONU que entendía el serbo-croata se me acercó y me explicó que la mujer no estaba enrabiada conmigo sino que buscaba desesperadamente la ayuda de la única periodista que se había presentado en el campo desde hacía días.

La noche anterior, soldados de las tropas de Fikret Abdic habían llegado al campo en busca de nuevos reclutas. Abdic era un empresario bosnio y un cabecilla militar que, pese a ser musulmán, se había separado del gobierno de Sarajevo y hacía una guerra dentro de la guerra al noroeste de Bosnia. Los combates no iban bien, y debía de necesitar todos los combatientes que pudiera recoger.

La mujer ya había pagado tributo a la causa sospechosa de Abdic. Tanto su marido como sus dos hijos más mayores habían muerto en los combates de los meses anteriores. Ahora, los combatientes le habían tomado a su hijo pequeño. Le cogieron y le metieron en una furgoneta disimulada con la marca de la Cruz Roja. El chico sólo tenía catorce años.

Cosas como ésta pasaron durante toda la guerra de Bosnia..."

 

  Fuente: Anna CATALDI: “Child Soldiers”, dins Crimes of War. What the Public Should Know, coord. Por Roy GUTMAN y David RIEFF. N. York, Norton, 1999, pag. 76. Anna Cataldi es una periodista italiana.