Historia reciente de los Estados Unidos Mexicanos


El estado de 1940 a 1982

México es un país muy singular si lo comparamos con el resto de países latinoamericanos. Diferente factores hacen esto posible, como por ejemplo el desarrollo económico sin distribución y el mantenimiento de un sistema político único, con predominio de un partido hegemónico en un marco de democracia formal, que supone la estabilidad política sin democracia real.

El Estado Mexicano experimentó un fuerte crecimiento económico en el período que va de 1940 a 1960. Este crecimiento estuvo basado en la industrialización, pero fueron algunos hechos los que lo posibilitaron. Por una parte, la política nacionalizadora del presidente Cárdenas de 1934 a 1940, que aportó los recursos financieros necesarios para esta política; por otra parte, el control social que garantizaba el régimen permitía la realización de nuevas políticas sin demasiada oposición.

El auge económico y el control social supusieron que las élites políticas y económicas mexicanas diesen un giro conservador respecto a la política socioeconómica que se llevó a cabo durante los años treinta. Así, en este período, el peso político de los obreros y obreras disminuyó, mientras aumentaba significativamente el poder de los órganos centrales, característica del nuevo proceso de jerarquización del Estado.

En el transcurso de las presidencias de Adolfo López Mateos (1958-1964) y de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), la política mexicana en el interior, con un talante muy conservador y casi autoritario, contrastaba con la posición internacional de Méjico. La Revolución Cubana (1959) y la ola revolucionaria de los años 60 en Latinoamérica implicó que la élite dirigente volviese a las fuentes de la Revolución Mexicana. El enfrentamiento con los Estados Unidos norteamericanos, el apoyo de Cuba y el mantenimiento de la condena a la dictadura de Franco, son claros ejemplos de este hecho.

A pesar de la posición en política internacional, el hecho es que México se fue desmarcando inevitablemente de las primeras potencias occidentales en otros aspectos. Si bien la economía crecía, sobre todo por las exportaciones del petróleo, empezaba a experimentar un fuerte crecimiento de la deuda externa. Motivada por el considerable aumento de las importaciones de productos industriales necesarios para la economía. Este proceso fue inevitable a partir de los setenta. Por otra parte, México empezó a convertirse en un laboratorio de las políticas neoliberales de Estados Unidos norteamericanos. La creación de las maquilas es un claro ejemplo. Estas industrias de ensamblaje para productos norteamericanos, ubicadas en región fronteriza del norte de México, aprovechan la mano de obra barata de los mexicanos y mexicanas para rebajar el precio de los productos que se venden al Norte y de los cuales México se aprovecha.

La cuestión de las libertades políticas no experimentó grandes modificaciones durante los años setenta. Hubo una desmedida represión del movimiento estudiantil en 1968 y los tímidos intentos de reforma política sólo permitieron la participación de los partidos situados a la derecha, como por ejemplo el Partido de Acción Nacional PAN, fundado en 1939.

 

El estado de 1982 a 1994

Durante la presidencia de José López Portillo, entre 1976 y 1982, la política mexicana giró alrededor de cuatro ejes: ceder a las presiones del liberalismo económico; intentar acabar con la retórica populista-revolucionaria de los predecesores; las contradicciones entre la realidad y el ideal mexicalizador-nacionalizador y, por último, la desvinculación con el Tercer Mundo en materia de política mexicana; e imprimió una marcado cambio de dirección hacia el neoliberalismo económico.

En agosto de 1982 México presentó la suspensión de pago de la deuda externa a las potencias occidentales. El motivo fue el vencimiento de los numerosos créditos y préstamos que los anteriores gobiernos habían adquirido. Ante este hecho era difícil volver a pedir más créditos para poder afrontar esta deuda. La explosión de esta crisis hizo temblar el sistema político y económico mexicano. Se hacía necesario realizar una reforma política que abriese el sistema a nuevas élites y a una verdadera democracia. Al mismo tiempo también era necesaria una nueva política financiera.

La presidencia de Miguel de la Madrid (1982-1988) heredó la crisis. Para tratar de afrontarla impulsó un nuevo proceso de reforma política. La apertura democrática supuso que el Partido Revolucionario Institucional, PRI, perdiera algunas elecciones en diversos estados, principalmente del norte del país. Ante este hecho, el aparato que controlaba el Estado reaccionó negativamente y optó por congelar las reformas políticas.

En el ámbito económico el gobierno de la Madrid quedó marcado por una política neoliberal. Era necesario reducir la deuda externa y para hacerlo se siguieron los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, FMI, como la sustitución del papel desarrollado por el Estado hasta entonces por el capital privado, el control de la inflación y la rebaja de algunas prestaciones sociales. Estas políticas han ido significado un creciente empobrecimiento de la población y el deterioro de sus condiciones de vida.

La política neoliberal y la falta de una verdadera apertura democrática sirvió como fundamento teórico para la oposición de izquierda que volvió a tomar los dogmas revolucionarios abandonados por las élites gubernamentales. Es en 1988 cuando la plataforma política que se formó entorno al líder de izquierdas Cuathémoc Cárdenas se constituyó como la gran alternativa al PRI. Después de unas elecciones muy dudosas donde el posible fraude por parte del Gobierno fue el principal protagonista, Carlos Salinas de Gortari del PRI fue elegido Presidente del por el período 1988-1994. Se inauguraba una etapa continuísta con la política del anterior gobierno tanto en el aspecto económico como en el político. La política que realizó Salinas respecto a la izquierda fue denominada “conceracesión”, es decir, la negociación de espacios de poder local. En la esfera estatal, sólo se impulsaron tímidas reformas que permitirían un cierto pero de la oposición: Partido de Acción Nacional, PAN, y el Partido Revolucionario Demócratico, PRD. El PRD es el partido que se formó a partir de la plataforma que apoyó a Cárdenas en 1988 en los órganos legislativos federales. A pesar de esto, el gobierno siguió una estrategia al margen de las instituciones. Así, doscientos cincuenta militantes del PRD fueron asesinados. La corrupción se mantuvo y el peso de los narcotraficantes en la esfera política fue en aumento.

Respecto a la economía, el Gobierno mexicano mantuvo las tesis neoliberales. El pago de la deuda lo hacía necesario. En este marco se mantuvieron conversaciones por la firma del Tratado de Libre Comercio, TLC o NAFTA, que permitiría el libre comercio entre Canadá, EEUU y México. Desde el Gobierno se pensaba que este tratado se traduciría en crecimiento económico por la entrada de capital procedente del país del Norte. México, con un sistema político con escasos derechos laborales y civiles y con bajos salarios, ofrecía unas buenas condiciones para que las empresas norteamericanas realizasen grandes inversiones. Pero no todos los grupos políticos y sociales veían las mismas ventajas en el TLC. La inversión del vecino del Norte en las zonas francas de las maquiladoras, por ejemplo, no se había traducido en un aumento del nivel de vida y la capacidad adquisitiva de los trabajadores y las trabajadoras de aquellas zonas. La desigualdad económica había crecido mucho en México. Igualmente, la desigualdad motivada por la concentración de la riqueza se había agravado desde 1982. Sólo veintisiete hombres de negocios controlaban el 28,5% del PIB. En líneas generales, existía la idea de que el Tratado sólo favorecía a las clases más altas y al centro del Estado, dejando al resto de la sociedad al margen.

En este contexto, el uno de enero de 1994, fecha en que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio, tuvo lugar el levantamiento zapatista en el Estado de Chiapas. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional, formado sobre todo por indígenas, tomó once municipios en ese Estado. Las raíces de su alzamiento eran la violencia del poder, la falta de democracia, el racismo que los y las indígenas sufrían y la miseria. El alzamiento empezó en ese Estado y pronto se extendió a los Estados de Guerrero y Oachaca donde fueron apareciendo nuevos grupos guerrilleros. Desde esta fecha México empezó a sufrir una gran crisis política sin precedentes. Las cifras macroeconómicas cambiaron de signo. Los dos hechos más significativos fueron el crecimiento de la inflación y del déficit de la balanza de pagos motivado por las importaciones de artículos de lujo, principalmente. Las inversiones especulativas de capital. A pesar de esta crisis económica, el Gobierno se negaba a hacer una devaluación del peso seguida de medidas de ajuste, en parte por el miedo a perder las elecciones presidenciales de 1994.

El período electoral estuvo marcado por toda esta crisis. Por una parte, el pueblo estaba empezando a sufrir los efectos de una crisis económica que se preveía que iría a más. Por otra parte, el Gobierno había sido incapaz de reducir al EZLN sin violar masivamente los Derechos Humanos. La insurrección zapatista había hecho crecer los movimientos populares y los partidos políticos habían discutido una reforma electoral que garantizaría el establecimiento de una democracia real. Todo este clima permitió a Luis Donaldo Colosio, candidato a la Presidencia por parte del PRI, hacer un discurso de ruptura en el 65 aniversario de la fundación del partido. Durante el discurso habló de la reforma del Estado e incluso de la reforma del presidencialismo, clave de todo el sistema político. Desgraciadamente fue asesinado. Su sucesor, Ernesto Zedillo, resultó vencedor de las presidenciales con una amplia ventaja sobre Cárdenas, candidato del PRD. Una vez alcanzado el poder, Zedillo tuvo que devaluar el peso. A la primera devaluación le siguieron muchas más y este hecho supuso la huida del capital financiero que habían invertido los norteamericanos tras la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio y de los altos intereses financieros.

La crisis continúan tanto en el frente político como en el económico. México recibió en 1995 un préstamo del Fondo Monetario Internacional y de los Estados Unidos de Norteamérica por valor de 40.000 millones de dólares y se tuvieron que poner en marcha fuertes medidas estructurales destinadas a controlar la inflación y mexorar las finanzas públicas, hecho que significó el crecimiento del paro y de las diferencias sociales. Tampoco concluyó la crisis de Chiapas, a pesar de que durante este año se inició el diálogo entre el Gobierno y el EZLN. En cuanto a la transición democrática, el PRI ha ido perdiendo espacios tanto a nivel local, como en el Congreso donde el PAN y el PRD tienen en conjunto mes representantes que el PRI.

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